La humanidad enfrenta desafíos ambientales sin precedentes que exigen nuevas formas de movilizar y utilizar el conocimiento científico en los procesos de toma de decisiones y en la construcción de políticas públicas. Abordar estas complejas problemáticas —como los impactos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la emergencia de conflictos por el acceso a los recursos naturales—, en contextos marcados por una profunda desigualdad y un crecimiento económico insostenible, evidencia la urgencia de reconocer la relevancia que tiene la transdisciplina en la coproducción de conocimientos desde una perspectiva más holística y justa. Para ello, es indispensable romper los silos disciplinarios y reconocer que la academia tiene un rol fundamental en este proceso de transformación.
La transdisciplina va más allá de las fronteras de la ciencia para vincular el conocimiento con acciones que permitan abordar problemas complejos, involucrando activamente a organizaciones sociales, comunidades, gobiernos y empresas en un aprendizaje mutuo y en la coproducción de conocimientos. Esto fortalece la legitimidad, la apropiación y la puesta en práctica de dichos saberes. Además, este enfoque puede contribuir a modificar las dinámicas de poder y a consolidar las capacidades de acción, tanto colectivas como individuales, para transformar la realidad ambiental hacia un futuro más sostenible.
Aprender a trabajar con otras disciplinas y formas de conocimiento, para avanzar hacia un desarrollo más justo, requiere cambios institucionales que promuevan la realización de investigaciones socialmente relevantes y capaces de impactar de manera positiva en las condiciones de vida de la población, así como en la restauración y conservación del medio ambiente. Esto implica transformar las actuales barreras institucionales, epistemológicas y metodológicas, de modo que la academia pueda desempeñar un papel crucial como agente de cambio, capaz de responder a los desafíos socioambientales que enfrentan México y el mundo. En este sentido, es fundamental reflexionar sobre las barreras que obstaculizan la transdisciplina y las estrategias necesarias para resolverlas. Algunas de ellas se abordan a continuación:
a. Barreras institucionales y académicas
Existen límites disciplinarios rígidos y arraigados en las estructuras académicas tradicionales que dificultan la colaboración transdisciplinaria. A esto se suman restricciones curriculares que impiden la integración del alumnado en problemas del mundo real, por lo que resulta fundamental cambiar la estructura curricular rígida y avanzar hacia programas más flexibles.
b. Intensidad de tiempo y recursos
Implementar proyectos basados en un modelo transdisciplinario requiere de una amplia coordinación, ya que involucra diversas disciplinas, actores y comunidades. Asimismo, los procesos socioecológicos se desarrollan lentamente, por lo que alinear los cronogramas académicos con las necesidades de la comunidad, los tiempos gubernamentales y los ciclos de restauración puede ser una tarea compleja.
Por otro lado, la dependencia de financiamientos de múltiples fuentes —que a menudo tienen una duración de corto plazo— resalta la necesidad de una mayor continuidad que trascienda los ciclos académicos. Esto exige desarrollar estrategias de institucionalización y cofinanciamiento enfocadas en la consolidación de responsabilidades compartidas entre todos los actores, en donde el sector privado debe tener un rol más activo en la atención de los problemas ambientales, algunos de los cuales han sido provocados por la falta de cumplimiento del marco normativo nacional e internacional.
En el caso del sector público, es necesario fortalecer sus compromisos y la asignación de recursos para la construcción, operación y mantenimiento de infraestructuras que forman parte de sus responsabilidades. Su ausencia o deficiente funcionamiento ha incidido de manera negativa en la restauración y conservación ambiental, como es el caso, por ejemplo, de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR).
c. Asimetrías en la participación comunitaria
Integrar el conocimiento científico, técnico y comunitario desafía las metodologías convencionales y requiere apertura epistemológica. Por otro lado, una participación comunitaria exitosa se basa en la construcción de relaciones de largo plazo y de confianza, en particular en zonas que han sido históricamente afectadas por problemas de justicia ambiental o por promesas institucionales incumplidas. Esto ha generado ambientes de desconfianza y desilusión, además de impulsar la búsqueda de soluciones inmediatas. Por ello, resulta crucial manejar las expectativas de los actores, ya que los procesos científicos y las iniciativas de coconstrucción y cointervención requieren plazos más largos y compromisos sostenidos.
d. Integración a las políticas públicas y fragmentación institucional
Los sistemas de gobernanza suelen estar fragmentados y los cambios en las políticas públicas son lentos, además de estar influenciados por intereses políticos que, en general, no consideran los problemas urgentes que enfrentan las comunidades. Los cambios en las autoridades locales y estatales exigen restablecer vínculos sólidos con los funcionarios entrantes para garantizar que comprendan y se involucren en iniciativas derivadas de una investigación transdisciplinaria, las cuales suelen ser de largo plazo.

Por otro lado, debido a que múltiples jurisdicciones y autoridades gubernamentales —locales, estatales y federales— se superponen en la gestión ambiental, esto genera responsabilidades fragmentadas y tiempos de respuesta lentos. Esta fragmentación ha dificultado el monitoreo y la sanción de prácticas nocivas que han contribuido a la contaminación y al deterioro ambiental; problemáticas que se han visto agravadas por el incumplimiento de las regulaciones ambientales en México.
En este contexto, resulta urgente reflexionar sobre los marcos jurídicos actuales a fin de favorecer una mayor participación social en los procesos de vigilancia y monitoreo, ya que las capacidades institucionales se encuentran superadas y la ciudadanía puede ser un aliado crucial en la conservación y vigilancia ambiental.
En conclusión, enfrentar los grandes desafíos ambientales exige enfoques integradores como la transdisciplina, la cual permite comprender problemas complejos que no pueden abordarse eficazmente desde una sola disciplina. Esta perspectiva facilita articular los saberes científicos con los conocimientos locales, reconociendo el valor del conocimiento comunitario para identificar soluciones técnica, cultural y socialmente viables en los territorios. Asimismo, promueve procesos colaborativos que se orientan a la transformación de las realidades, con una participación activa de diversos actores. Esto permite la co-creación de respuestas compartidas, legítimas y sostenibles, que favorecen la apropiación comunitaria de las soluciones, así como el fortalecimiento del tejido social.
En los próximos años será crucial seguir construyendo una ciencia más ética, democrática y comprometida, para enfrentar los grandes desafíos socioambientales de México, que no esté limitada por las barreras disciplinarias y en donde se reconozca a la academia como un actor esencial en los procesos de transformación socioambiental que se requieren para un futuro más sustentable.

Referencias
Care, O., Bernstein, M. J., Chapman, M., Díaz Reviriego, I., Dressler, G., Felipe-Lucia, M. R., Friis, C., Graham, S., Hänke, H., Haider, L. J., Hernández-Morcillo, M., Hoffmann, H., Kernecker, M., Nicol, P., Piñeiro, C., Pitt, H., Schill, C., Seufert, V., Shu, K., Valencia, V., & Zaehringer, J. G. (2021). Creating leadership collectives for sustainability transformations. Sustainability Science, 16(2), 703–708. https://doi.org/10.1007/s11625-021-00909-y
Fam, D., Clarke, E., Freeth, R., Derwort, P., Klaniecki, K., Kater-Wettstädt, L., Juarez-Bourke, S., Hilser, S., Peukert, D., Meyer, E., et al. (2020). Interdisciplinary and transdisciplinary research and practice: Balancing expectations of the ‘old’ academy with the future model of universities as problem solvers. Higher Education Quarterly, 74(1), 19–34. https://doi.org/10.1111/hequ.12225
Schneider, F., Giger, M., Harari, N., Moser, S., Oberlack, C., Providoli, I., Schmid, L., Tribaldos, T., & Zimmermann, A. (2019). Transdisciplinary co-production of knowledge and sustainability transformations: Three generic mechanisms of impact generation. Environmental Science & Policy, 102, 26–35. https://doi.org/10.1016/j.envsci.2019.08.017


